Ley electoral en cataluña

participación en las elecciones catalanas

Las próximas elecciones autonómicas catalanas se celebrarán a más tardar el lunes 31 de marzo de 2025 para elegir el 14º Parlamento de la comunidad autónoma de Cataluña. Los 135 escaños del Parlamento estarán en juego.
El Parlamento de Cataluña es el órgano legislativo unicameral de la comunidad autónoma de Cataluña, con capacidad legislativa en materia autonómica definida por la Constitución Española y el Estatuto de Autonomía de Cataluña, así como con capacidad para votar la confianza o retirarla a un presidente autonómico[1].
Al no haberse aprobado ninguna ley electoral autonómica desde el restablecimiento de la autonomía catalana, el procedimiento electoral viene regulado por la Disposición Transitoria Cuarta del Estatuto de 1979, complementada por lo dispuesto en la Ley Orgánica de Régimen Electoral General[a] El voto al Parlamento es por sufragio universal, que comprende a todos los nacionales mayores de dieciocho años, empadronados en Cataluña y en pleno disfrute de sus derechos políticos. Además, los catalanes en el extranjero deben solicitar el voto antes de que se les permita votar, un sistema conocido como voto rogado.[2] Los 135 diputados del Parlamento de Cataluña se eligen mediante el método D’Hondt y una lista cerrada de representación proporcional, con un umbral del tres por ciento de los votos válidos -que incluye los votos en blanco- en cada circunscripción. Los partidos que no alcanzan el umbral no se tienen en cuenta para el reparto de escaños. Los escaños se asignan a las circunscripciones, que corresponden a las provincias de Barcelona, Girona, Lleida y Tarragona, y a cada una se le asigna un número fijo de escaños: 85 para Barcelona, 17 para Girona, 15 para Lleida y 18 para Tarragona[1][3].

parlamento de cataluña

El tira y afloja entre todas las fuerzas independentistas de Cataluña hace casi imposible la formación de un nuevo gobierno en la próspera región española, según informaron a EFE fuentes del ejecutivo socialista español.
Las profundas divergencias entre los partidos han hecho que las conversaciones apenas avancen. El plazo para formar un nuevo gobierno en Cataluña vence el 26 de mayo. Los partidos se reunieron de nuevo el miércoles (12 de mayo) en Barcelona para intentar desbloquear la situación.
La otra gran fuerza independentista, Junts per Catalunya (JxCat), obtuvo 32 escaños. Cualquier partido necesita 68 escaños del total de 135 para tener la mayoría. Por su parte, la Candidatura de Unidad Popular (CUP), de extrema izquierda e independentista, obtuvo nueve escaños en las elecciones de febrero.
El resultado final de las negociaciones marcará la estabilidad política de España, ya que el gobierno de coalición nacional de los socialistas PSOE y los izquierdistas Unidos-Podemos encabeza un gobierno en minoría que cuenta con el apoyo de ERC.

edificio del parlamento catalán

Los sondeos pronostican una victoria -estrecha, según el instituto- de los socialistas catalanes, que se presentan con Salvador Illa, ex ministro de Sanidad del Gobierno nacional en Madrid, como principal candidato. Enviar al popular catalán -que lidera la preferencia personal de los votantes por un amplio margen- desde Madrid a su tierra natal para ganar las elecciones podría, pues, valerle a la socialdemocracia española del presidente Pedro Sánchez. El PSC, como se autodenominan los socialistas catalanes (Partit dels Socialistes de Catalunya; “Partido Socialista de Cataluña”), como fuerza más fuerte sería un gran éxito, aunque el repentino cambio en la cúpula del Ministerio de Sanidad español causara asombro entre algunos observadores ante la pandemia.
Sin embargo, el horóscopo demoscópico del amor aún no es capaz de predecir si los socialistas también participarán en la formación de gobierno o si los abogados del divorcio -es decir, los independentistas que preferirían que Cataluña se separara de España más pronto que tarde- les estropearán el día de San Valentín. Se conciben dos posibles constelaciones:

referéndum catalán

Conservadores de Cataluña (catalán: Conservadors de Catalunya, CiC) fue un partido político español de ámbito catalán dirigido por Juan Parra Balcells -candidato independiente al Senado de España en las elecciones generales de 1977 y que había sido uno de los fundadores del Partido Democrático Progresista-[2] y Santiago Brutau Cirera, que actuaba como vicepresidente del partido. Se registró oficialmente ante el Ministerio del Interior español el 30 de enero de 1980[1].
Fue un partido conservador, nacionalista y liberal, que se presentó a las elecciones del Parlamento de Cataluña en 1980 y obtuvo 4095 votos (0,15% de votos)[3] También se presentó a las elecciones generales de 1982, donde obtuvo 2596 votos.